Aprovecha la luz del sol
La mejor forma de ahorrar energía en iluminación es aprovechar al máximo la luz natural. Además de ser mejor para la vista, no contamina y es gratuita.
Ilumina según tus necesidades
A diferencia de otros aparatos eléctricos, como el frigorífico, que pueden estar funcionando aunque no estamos presentes, sólo es necesario iluminar una habitación cuando hay alguien en ella. Además, no hay por qué utilizar más cantidad de luz de la necesaria. Una iluminación excesiva no crea mejores condiciones, e incluso, puede ser perjudicial.
Utiliza sistemas que consuman menos electricidad
No todos los tipos de bombillas y lámparas consumen la misma cantidad de energía, por eso es importante elegir los modelos que duran más y consumen menos.
Utiliza bien los sistemas de iluminación
Los diferentes tipos de bombillas y lámparas utilizan la energía eléctrica de distinta manera. Es importante conocer cómo lo hacen para aprovechar al máximo su capacidad de iluminación con el mínimo gasto de energía
Aprovecha las posibilidades de ahorro del ordenador
El ordenador tiene funciones de ahorro, sólo hay que utilizarlas. Además, unos equipos gastan más que otros y, como en todos los aparatos eléctricos, hay que evitar que consuman energía mientras no los utilizamos.
Mantén una temperatura adecuada
Por cada grado que aumentamos la temperatura, se incrementa el consumo de energía, y lo mismo sucede con el aire acondicionado. Por eso es muy importante regular bien la temperatura de las distintas habitaciones para adaptarla a nuestras necesidades reales, y no gastar energía inútilmente.
Evita las pérdidas de calor o de frío
Para no gastar más energía de la necesaria, es muy importante evitar que se pierda el calor de la calefacción, o que la casa se recaliente.
Utiliza la calefacción y el aire acondicionado correctamente y sólo cuando sea necesario Para no desperdiciar la energía es importante utilizar los aparatos de calefacción y aire acondicionado sólo cuando son necesarios y hacerlo correctamente.
Ayuda a que los aparatos sean más eficaces
Además de la calefacción y el aire acondicionado, un buen aislamiento ayuda a mantener la casa caliente en invierno y fresca en verano, sin tener que hacer un gasto excesivo de energía.
No gastes más agua de la necesaria
Ahorrar agua significa también ahorrar energía, ya que para impulsar el agua hasta nuestras casas se utilizan bombas eléctricas. Abriendo el grifo sólo cuando es realmente necesario se gasta casi la mitad de agua y energía.
Utiliza la temperatura justa
Cuanto más caliente esté el agua, más energía se consume, y con agua templada se consigue igualmente una sensación agradable en el aseo.
No uses agua caliente sin necesidad
Algunas de las acciones que realizamos, como limpiar la ducha o el lavabo después de utilizarlos, pueden realizarse perfectamente con agua fría. Utilizar agua caliente es un desperdicio de energía.
No desperdicies electricidad
En el cuarto de baño también utilizamos sistemas de iluminación y algunos electrodomésticos, como el secador, que suponen un gasto añadido de energía.
Evita el “consumo fantasma”
Muchos aparatos eléctricos, como el televisor, el DVD o el vídeo, si permanecen enchufados, consumen electricidad aunque no estén funcionando. Es lo que se denomina “consumo fantasma”.
Enciende el televisor y el resto de aparatos sólo cuando se vayan a utilizar
Muchas veces se encienden de forma automática ciertos aparatos (TV, equipo de música, etc.), sin que luego se les preste atención, gastando energía inútilmente.
Elegir bien los electrodomésticos
A la hora de comprar, hay que elegir bien y adquirir los modelos que mejor se ajustan a nuestras necesidades y que consumen menos energía.
Utiliza correctamente los electrodomésticos y ayuda a que sean más eficaces
Muchas veces los electrodomésticos gastan más energía de la necesaria porque se hace un uso incorrecto de ellos. Se puede ahorrar una cantidad importante de energía aprovechando al máximo su capacidad y no interfiriendo en su funcionamiento.
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